LECCIÓN 85
1. Mis resentimientos ocultan la luz del mundo
en mí.
Mis resentimientos me muestran lo que no
está ahí y me ocultan lo que quiero ver. Habiendo reconocido esto, ¿para qué
los quiero? Mis resentimientos me mantienen en la oscuridad y ocultan la
luz. Los resentimientos y la luz no pueden coexistir, pero la luz y la visión
tienen que unirse para que yo pueda ver. Y para poder
ver tengo que desprenderme de mis resentimientos. Quiero ver, y ése será
el medio por el que lo lograré.
Las aplicaciones concretas de esta idea
podrían hacerse de la siguiente manera:
No permitas que haga de
esto un obstáculo a la
visión.
La luz del mundo desvanecerá todo esto con su resplandor.
No tengo necesidad de esto.
Lo que quiero es ver.
La luz del mundo desvanecerá todo esto con su resplandor.
No tengo necesidad de esto.
Lo que quiero es ver.
2. Mi salvación procede de mí.
Hoy reconoceré dónde está mi
salvación. Está en mí porque ahí es donde está su Fuente. No ha
abandonado su Fuente, por lo
tanto, no pudo haber abandonado mi mente. Dejaré de buscarla fuera de mí
mismo. No es algo que se encuentre afuera y luego tenga que traerse
adentro. Se extenderá desde dentro de mí, y todo aquello que vea no hará
sino reflejar la luz que brilla en mí y en sí mismo.
Las siguientes variaciones de la idea son
apropiadas para las aplicaciones más concretas:
No dejaré que esto me tiente a buscar mi
salvación fuera de mí mismo.
No permitiré que esto interfiera en la conciencia que tengo de la Fuente de mi salvación.
Esto no puede privarme de la salvación.
No permitiré que esto interfiera en la conciencia que tengo de la Fuente de mi salvación.
Esto no puede privarme de la salvación.
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