domingo, 8 de septiembre de 2019

LECCIÓN 298









LECCIÓN 298

Te amo, Padre, y también amo a Tu Hijo.

1. Mi gratitud hace posible que mi amor sea aceptado sin miedo. Y de esta manera, se me restituye por fin mi realidad. El perdón elimina todo cuanto se interponía en mi santa visión. Y me aproximo al final de todas las jornadas absurdas, las carreras locas y los valores artificiales. En su lugar, acepto lo que Dios establece como mío, seguro de que solo mediante ello me puedo salvar y de que atravieso el miedo para encontrarme con mi Amor.

2. Padre, hoy vengo a Ti porque no quiero seguir otro camino que no sea el Tuyo. Estás a mi lado. Tu camino es seguro. Y me siento agradecido por Tus santos regalos: un santuario seguro y la escapatoria de todo lo que menoscabaría mi amor por Dios mi Padre y por Su santo Hijo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario