viernes, 27 de septiembre de 2019

LECCIÓN 347







LECCIÓN 347

La ira procede de los juicios. Y los juicios son el arma que utilizo contra mí mismo a fin de mantener el milagro alejado de mí.

1. Padre, deseo lo que va en contra de mi voluntad y no lo que es mi voluntad tener. Rectifica mi mente, Padre mío, pues está enferma. Pero Tú has ofrecido libertad, y yo elijo reclamar Tu regalo hoy. Y así, le entrego todo juicio a Aquel que Tú me diste para que juzgara por mí. Él ve lo que yo contemplo, sin embargo, conoce la verdad. Ve el dolor, mas comprende que no es real, y a la luz de Su entendimiento el dolor se subsana. Y concede los milagros que mis sueños quieren ocultar de mi conciencia. Que sea Él Quien juzgue hoy. No conozco mi voluntad, pero Él está seguro de que es la Tuya. Y hablará en mi nombre e invocará Tus milagros para que vengan a mí.

2. Escucha hoy. Permanece muy tranquilo y oye la dulce Voz que habla por Dios asegurarte que Él te ha juzgado como el Hijo que Él ama.


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