sábado, 22 de junio de 2019

LECCIÓN 68




LECCIÓN 68

El amor no abriga resentimientos.

1. Tú, que fuiste creado por el Amor a semejanza de Sí Mismo, no puedes abrigar resentimientos y conocer tu Ser. Abrigar resenti­mientos es olvidarte de quien eres. Abrigar resentimientos es verte a ti mismo como un cuerpo. Abrigar resentimientos es per­mitir que el ego gobierne tu mente y condenar el cuerpo a morir. Quizá aún no hayas comprendido del todo lo que abrigar resen­timientos le ocasiona a tu mente. Te hace sentir como si estuvie­ses enajenado de tu Fuente y fueses diferente de Él. Te hace creer que Él es como aquello en lo que tú piensas que te has conver­tido, pues nadie puede concebir que su Creador sea diferente de sí mismo.

2. Escindido de tu Ser, el Cual sigue consciente de Su semejanza con Su Creador, tu Ser parece dormir, mientras que la parte de tu mente que teje ilusiones mientras duerme, parece estar despierta. ¿Podría ser todo esto el resultado de abrigar resentimientos? ¡Desde luego que sí! Pues aquel que abriga resentimientos niega haber sido creado por el Amor, y en su sueño de odio, su Creador se ha vuelto algo temible. ¿Quién podría tener sueños de odio y no temer a Dios?

3. Es tan cierto que aquellos que abrigan resentimientos forjarán una nueva definición de Dios de acuerdo con su propia imagen, como que Dios los creó a Semejanza de Sí Mismo y los definió como parte de Él. Es tan cierto que aquellos que abrigan resenti­mientos sentirán culpabilidad, como que los que perdonan halla­rán la paz. es igualmente cierto que aquellos que abrigan resentimientos se olvidarán de quienes son, como que los que perdonan lo recordarán.

4. ¿No estarías dispuesto a abandonar tus resentimientos si cre­yeras que todo esto es cierto? Tal vez crees que no puedes des­prenderte de tus resentimientos. Esto, sin embargo, no es sino una cuestión de motivación. Hoy trataremos de ver cómo te sen­tirías sin ellos. Si lo logras, aunque sea brevemente, jamás volve­rás a tener problemas de motivación.

5. Comienza la sesión de práctica más larga de hoy escudriñando tu mente en busca de aquellas personas que son objeto de lo que según tú son tus mayores resentimientos. Algunas de ellas serán muy fáciles de identificar. Piensa luego en los resentimientos apa­rentemente insignificantes que abrigas en contra de aquellas per­sonas a quienes aprecias e incluso crees amar. Muy pronto te darás cuenta de que no hay nadie contra quien no abrigues alguna clase de resentimiento. Esto te ha dejado solo en medio de todo el universo tal como te percibes a ti mismo.

6. Resuélvete ahora a ver a todas esas personas como amigos. Diles a todas ellas, pensando en cada una por separado:

Te consideraré mi amigo, para poder recordar que eres parte de mí y así poder llegar a conocerme a mí mismo.

Pasa el resto de la sesión tratando de imaginarte a ti mismo com­pletamente en paz con todo el mundo y con todo, a salvo en un mundo que te protege y te ama, y al que tú, a tu vez, amas. Siente como la seguridad te rodea, te envuelve y te sustenta. Trata de creer, por muy brevemente que sea, que no hay nada que te pueda causar daño alguno. Al final de la sesión de práctica di para tus adentros:

El amor no abriga resentimientos.
Cuando me desprenda de mis resentimientos sabré que estoy perfectamente a salvo.

7. Las sesiones de práctica cortas deben incluir una rápida aplica­ción de la idea de hoy tal como se indica a continuación, la cual deberá hacerse siempre que surja un pensamiento de resenti­miento contra alguien, tanto si esa persona está físicamente pre­sente como si no:

El amor no abriga resentimientos. No traicionaré a mi propio Ser.

Además de eso, repite la idea varias veces por hora de la siguiente manera:

El amor no abriga resentimientos. Quiero despertar a la verdad de mi Ser dejando a un lado todos mis resenti­mientos y despertando en Él.




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