LECCIÓN 223
Dios es mi
vida. No tengo otra vida que la Suya.
1. Estaba equivocado al pensar que vivía separado
de Dios, que era una entidad aparte que se movía por su cuenta, desvinculada y
encasillada en un cuerpo. Ahora sé que mi vida es la de Dios, que no tengo otro
hogar y que no existo aparte de Él. Él no tiene Pensamientos que no sean parte
de mí, y yo no tengo ninguno que no sea de Él.
2. Padre nuestro, que contemplemos la faz de Cristo
en lugar de nuestros errores. Pues nosotros que somos Tu santo Hijo somos
incapaces de pecar. Queremos contemplar nuestra inocencia, pues la culpa
proclama que no somos Tu Hijo. Y no queremos seguir relegándote al olvido, ya
que nos sentimos solos aquí y anhelamos estar en el Cielo, que es nuestro
hogar. Queremos regresar hoy. Nuestro Nombre es el Tuyo y damos fe de que somos
Tu Hijo.
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