LECCIÓN 265
Lo único que
veo es la mansedumbre de la Creación.
1. Ciertamente no he comprendido el mundo, ya que
proyecté sobre él mis pecados y luego me vi siendo el objeto de su mirada ¡Qué
feroces parecían! ¡Y cuán equivocado
estaba al pensar que aquello a lo que le tenía miedo se encontraba en el mundo
en vez de en mi propia mente! Hoy veo el mundo en la mansedumbre celestial con
la que refulge la Creación. En él no hay miedo. Que ninguno de mis aparentes
pecados nuble la luz celestial que refulge sobre el mundo. Lo que en él se
refleja se encuentra en la Mente de Dios. Las imágenes que veo reflejan mis
pensamientos. Pero mi mente es una con la de Dios. Por lo tanto, puedo percibir
la mansedumbre de la Creación.
2. En la quietud quiero contemplar el mundo, el
cual no es sino el reflejo de Tus Pensamientos así como de los míos. Que
recuerde que son lo mismo y veré la mansedumbre de la Creación.
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