LECCIÓN 272
¿Cómo las ilusiones iban a
poder satisfacer al Hijo de Dios?
1. Padre, la verdad me pertenece. Mi hogar se
estableció en el Cielo mediante Tu Voluntad y la mía. ¿Podrían contentarme los
sueños? ¿Podrían brindarme felicidad las ilusiones? ¿Qué otra cosa sino Tu
recuerdo podría satisfacer a Tu Hijo? No
me contentaré con menos de lo que Tú me has dado. Tu Amor, por siempre dulce
y sereno, me rodea y me mantiene a salvo eternamente. El Hijo de Dios no puede
sino ser tal como Tú lo creaste.
2. Hoy pasamos de largo las ilusiones. Y si oímos a
la tentación llamarnos, incitándonos a que nos quedemos y a que sigamos
entreteniéndonos con un sueño, nos haremos a un lado y nos preguntaremos si
nosotros, los Hijos de Dios, podríamos contentarnos con sueños cuando podemos
elegir el Cielo con la misma facilidad que el infierno. Y el amor reemplazará
gustosamente todo temor.
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