LECCIÓN 302
Donde antes
había tinieblas ahora contemplo la luz.
1. Padre, finalmente estamos abriendo los ojos. Tu
santo mundo nos espera, pues por fin hemos recobrado la visión y podemos ver.
Pensábamos que sufríamos. Pero era que nos habíamos olvidado del Hijo que Tú
creaste. Ahora vemos que las tinieblas son el producto de nuestra propia
imaginación y que la luz está ahí para que la contemplemos. La visión de Cristo
transforma las tinieblas en luz, pues el miedo no puede sino desaparecer ante
la llegada del Amor. Que perdone hoy Tu santo mundo para poder contemplar su
santidad y entender que no es sino el reflejo de la mía.
2. Nuestro Amor nos espera conforme nos dirigimos a
Él y, al mismo tiempo, marcha a nuestro lado mostrándonos el camino. No puede
fracasar en nada. Él es el fin que perseguimos, así como el medio por el que
llegamos a Él.
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