LECCIÓN 305
Hay una paz
que Cristo nos concede.
1. El que solo utiliza la visión de Cristo
encuentra una paz tan profunda y serena, tan imperturbable y completamente
inalterable, que no hay nada en el mundo que sea comparable. Las comparaciones
cesan ante esa paz. Y el mundo entero parte en silencio a medida que esta paz
lo envuelve y lo transporta dulcemente hasta la verdad para ya no volver a ser
la morada del temor. Pues el amor ha llegado, y ha sanado al mundo al
concederle la paz de Cristo.
2. Padre, la paz de Cristo se nos concede porque Tu
Voluntad es que nos salvemos. Ayúdanos hoy a aceptar únicamente Tu regalo y a
no juzgarlo. Pues se nos ha concedido para que podamos salvarnos del juicio que
hemos emitido contra nosotros mismos.
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