martes, 10 de septiembre de 2019

LECCIÓN 307







LECCIÓN 307

Abrigar deseos conflictivos no puede ser mi voluntad.

1. Padre, Tu Voluntad es la mía y nada más lo es. No hay otra voluntad que yo pueda tener. Que no trate de forjar una, pues sería absurdo y únicamente me haría sufrir. Solo Tu Voluntad me puede hacer feliz y solo Tu Voluntad existe. Si he de tener aquello que solo Tú puedes dar, debo aceptar lo que Tu Voluntad dispone para mí y alcanzar una paz en la que el conflicto es imposible, Tu Hijo es uno Contigo en ser y en voluntad y nada contradice la santa verdad de que aún soy tal como Tú me creaste.

2. Y con esta plegaria nos sumergimos silenciosamente en un estado en el que el conflicto es imposible, pues hemos unido nuestra santa voluntad a la de Dios, en reconocimiento de que son una y la misma.


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