LECCIÓN 316
Todos los
regalos que les hago a mis hermanos me pertenecen.
1. Del mismo modo en que cada uno de los regalos
que mis hermanos hacen me pertenece, así mismo cada regalo que yo hago me
pertenece también. Cada uno de ellos permite que un error pasado desaparezca
sin dejar sombra alguna en la santa mente que mi Padre ama. Su Gracia se me
concede con cada regalo que cualquier hermano haya recibido desde los orígenes
del tiempo y más allá del tiempo también. Mis arcas están llenas, y los ángeles
vigilan sus puertas abiertas para que ni un solo regalo se pierda y solo se
puedan añadir más. Que llegue allí donde se encuentran mis tesoros y entre a
donde en verdad soy bienvenido y donde estoy en mi casa, rodeado de los dones
que Dios me ha dado.
2. Padre, hoy quiero aceptar Tus dones. No los
reconozco. Mas confío en que Tú que me los diste, me proporcionarás los medios
para poder contemplarlos, ver su valor y reconocerlos como lo único que deseo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario