LECCIÓN 335
Elijo ver la
impecabilidad de mi hermano.
1. Perdonar es una decisión. Nunca veo a mi hermano
como realmente es, pues eso está mucho más allá de la percepción. Lo que veo en
él es simplemente lo que deseo ver, pues eso es lo que quiero que sea verdad. A
eso es a lo único que respondo, por mucho que parezca que es a los
acontecimientos externos. Elijo lo que deseo contemplar, y eso y solo eso, es
lo que veo. La impecabilidad de mi hermano me muestra que quiero contemplar la
mía propia. Y la veré, puesto que he decidido ver a mi hermano en la santa luz
de su inocencia.
2. ¿De qué otro modo se me podría restituir Tu
recuerdo, sino viendo la inocencia de mi hermano? Su santidad me recuerda que él fue creado uno
conmigo y semejante a mí. En él encuentro mi Ser, y en Tu Hijo encuentro
asimismo el recuerdo de Ti.
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