viernes, 27 de septiembre de 2019

LECCIÓN 337







LECCIÓN 337

Mi impecabilidad me protege de todo daño.

1. Mi impecabilidad me garantiza una perfecta paz, eterna seguridad, un amor imperecedero, mantenerme eternamente a salvo de todo pensamiento de pérdida y liberarme completamente del sufrimiento. Mi estado solo puede ser uno de felicidad, pues eso es lo único que se me da. ¿Qué debo hacer para saber que todo esto me pertenece? Aceptar la Expiación para mí mismo y nada más. Dios ya hizo todo lo que había que hacer. Y lo que tengo que aprender es a no hacer nada por mi cuenta, pues solo necesito aceptar mi Ser, mi impecabilidad—la cual se creó para mí y ahora es mía—para sentir el Amor de Dios protegiéndome de todo daño, para entender que mi Padre ama a Su Hijo y para saber que soy el Hijo que mi Padre ama.

2. Tú que me creaste en la impecabilidad no puedes estar equivocado con respecto a lo que soy. Era yo quien estaba equivocado al pensar que había pecado, pero ahora acepto la Expiación para mí mismo. Padre, mi sueño termina ahora. Amén.


No hay comentarios:

Publicar un comentario