LECCIÓN 360
Que la paz
sea conmigo, el santo Hijo de Dios. Que la paz sea con mi hermano, que es uno
conmigo. Y que por medio de nosotros el mundo sea bendecido con paz.
1. Padre, Tu Paz es lo que quiero dar al haberla
recibido de Ti. Soy Tu Hijo, eternamente tal como me creaste, pues los Grandes
Rayos permanecen en mí por siempre serenos e imperturbables. Quiero llegar a
Ellos en silencio y con certeza, pues no hay ningún otro lugar donde ésta se
pueda hallar. Que la paz sea conmigo y con el mundo entero. En la santidad
fuimos creados y en la santidad permanecemos. En Tu Hijo, al igual que en Ti,
no hay mancha alguna de pecado. Y con este pensamiento decimos felizmente
“Amén”.
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