Todas las
cosas que creo ver son reflejos de ideas.
1. Ésta es la clave de la salvación: lo que veo es
el reflejo de un proceso mental que comienza con una idea de lo que quiero. A
partir de ahí, la mente forja una imagen de eso que desea, lo juzga valioso y,
por lo tanto, procura encontrarlo. Estas imágenes se proyectan luego al
exterior, donde se contemplan, se consideran reales y se defienden como algo
propio de uno. De deseos dementes emerge un mundo demente, y de juicios, un
mundo condenado. De pensamientos de perdón, en cambio, surge un mundo apacible
y misericordioso para con el santo Hijo de Dios, cuyo propósito es ofrecerle un
dulce hogar en el que descansar por un tiempo antes de proseguir su jornada, y
donde él puede ayudar a sus hermanos a seguir adelante con él y a encontrar el
camino que conduce al Cielo y a Dios.
2. Padre nuestro, Tus Ideas reflejan la verdad,
mientras que las mías separadas de las Tuyas, tan solo dan lugar a sueños. Que
contemple solo lo que las Tuyas reflejan, pues las Tuyas y solo las Tuyas son
las únicas que establecen la verdad.
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