LECCIÓN 343
No se me
pide hacer ningún sacrificio para encontrar la Misericordia y la Paz de Dios.
1. El final del sufrimiento no puede suponer una
pérdida. El darlo todo solo puede ser ganancia. Solo das. Nunca quitas. Y me
creaste para que fuese como Tú, de modo que cualquier sacrificio es algo tan
imposible para mí como lo es para Ti. Yo también debo dar. Y así, todo me será
dado por siempre para siempre. Aún permanezco
tal como fui creado. Tu Hijo no puede hacer sacrificios, pues él debe estar
íntegro, pues su función es completarte a Ti. Soy íntegro por ser Tu Hijo. No
puedo perder, pues solo puedo dar, y así, todo es mío eternamente.
2. La Misericordia y la Paz de Dios son gratuitas.
La salvación no cuesta nada. Es un regalo que se debe dar y recibir libremente.
Y esto es lo que queremos aprender hoy.
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